¿A que no adivinas cuál es el fabricante en el que las apps se cuelgan con menor frecuencia?

El nuevo informe de Apteligent sobre smartphones Android trae algunos análisis estadísticos interesantes. Uno de ellas tiene que ver con la frecuencia con la que las apps se cierran inesperadamente en los smartphones de las distintas marcas por cualquier motivo: fallos de hardware, problemas de la capa de personalización, conflictos con otros procesos del sistema, etc.

Para llevar a cabo el análisis, Apteligent se ha centrado en aquellas apps que se utilizan más de medio millón de veces al día, ya que estas aplicaciones suelen estar más depuradas y, por tanto, presentan menos fallos inherentes a la aplicación.

Además, la población de smartphones estudiada está formada principalmente por dispositivos modernos, lo que ayuda a reducir el impacto de dispositivos antiguos en la tasa de fallo. En particular, Samsung tiene muchos dispositivos en el mercado, y los modelos más antiguos suelen fallar más frecuentemente.

La conclusión del estudio es que Sony es el fabricante de smartphones que experimentan menos cuelgues de aplicaciones (un 0,08%), seguido de Motorola (0,09%), HTC (0,1%), Samsung (0,11%) y LG (0,11%). En último lugar se sitúa ZTE (0,28%), que triplica la tasa de fallos de Sony.

Obviamente faltan muchos fabricantes en esta lista – Huawei, Xiaomi, LeEco, Coolpad, etc. – pero, entre los que se han analizado, Sony parece obtener buenos resultados.

Corrección: Hemos corregido el título de la noticia de ‘¿A que no adivinas cuál es el fabricante en el que las apps se cuelgan con menor frecuencia?’‘¿A que no adivinas cuál es el fabricante en el que las apps se cuelgan con menor frecuencia?’ ya que, dado que faltan muchos fabricantes, nuestra intención no era destacar al último de la lista sino al mejor.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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