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La movilidad eléctrica da un salto importante en Europa gracias a BYD. La compañía china ha confirmado la llegada de su innovadora tecnología de carga rápida de 1.000 voltios, capaz de añadir hasta 400 km de autonomía en solo cinco minutos.
Este avance, ya operativo en China, promete cambiar las reglas del juego para los conductores de vehículos eléctricos (EV) en el continente.
BYD ya ha comenzado a desplegar esta tecnología en su mercado local, pero ahora busca conquistar Europa con el mismo enfoque. Durante un evento en Bruselas, Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de la compañía, anunció que la infraestructura de carga ultrarrápida estará disponible en el continente en los próximos 12 meses.
La nueva infraestructura de 1.000 voltios permite añadir hasta 400 km de autonomía con solo cinco minutos de carga. Esto convierte el proceso de recarga en algo comparable al repostaje tradicional, eliminando una de las principales barreras para la adopción masiva de coches eléctricos.
Uno de los aspectos más interesantes de esta tecnología es su compatibilidad con modelos eléctricos más antiguos. Según Li, estos vehículos podrían reducir su tiempo de carga en un 30 %, una mejora significativa que amplía el impacto de la innovación más allá de los últimos lanzamientos.
BYD planea iniciar la implementación de sus cargadores ultrarrápidos en Europa a través de sus propias concesionarias. Además, la empresa ya está en contacto con socios locales para acelerar la expansión y garantizar una cobertura eficiente.
La ejecutiva de BYD afirmó que esta tecnología será un verdadero “game changer” para el mercado europeo. Al reducir drásticamente el tiempo de carga, los usuarios podrán disfrutar de una experiencia más fluida y menos dependiente de largos periodos de espera, lo que se traduce en una mayor confianza en los vehículos eléctricos.
La tecnología de carga flash fue lanzada en marzo en China y ya está en fase de instalación activa en el país asiático. Esta etapa inicial ha servido como base para validar la fiabilidad y escalabilidad del sistema antes de llevarlo al mercado europeo.
El objetivo de BYD es claro: liderar el mercado de coches eléctricos en Europa. Actualmente, las ventas en el continente están creciendo a un ritmo del 10 % mensual, y la compañía se posiciona como un competidor directo de Tesla.
Como parte de su estrategia de expansión, BYD reforzará su presencia en Europa con una nueva planta de fabricación, un centro de I+D y una sede regional en Hungría. Esta apuesta por la producción local responde a la filosofía de “construir en Europa para vender en Europa”.
Con esta iniciativa, BYD no solo introduce una solución innovadora de carga rápida, sino que también envía un mensaje claro: el futuro de la movilidad eléctrica pasa por la eficiencia, la rapidez y la inversión estratégica en mercados clave como el europeo.