Según podemos leer en The Seattle Times, unos policías del estado de Washington notaron que un vehículo se detenía en el arcén de una carretera muy transitada el martes por la noche, y se detuvieron para ver si el conductor necesitaba ayuda.
Lo que encontraron fue al conductor sentado en su asiento con un bloque de goma espuma, dentro del cual había espacio para ocho teléfonos, cada uno de ellos conectado a una cuenta de Pokemon Go.
No le pusieron una multa, ya que los policías técnicamente nunca le vieron conducir mientras jugaba (a pesar de que tenía que haber estado atento para saber cuándo parar), pero le dieron una advertencia por parar en el arcén sin tratarse de una emergencia.
El conductor accedió a colocar los teléfonos en el asiento de atrás y continuar su camino, pero este debería servir de aviso para todos los jugadores.