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Las tensiones entre Elon Musk y Apple han ido en aumento, y el motivo no es otro que la guerra por el control de la conectividad satelital en smartphones.
SpaceX, bajo la dirección del magnate, ha tratado de posicionar a Starlink como la opción dominante frente a los planes de Apple con Globalstar.
La propuesta millonaria que Apple rechazó
En 2022, tras enterarse de que Apple planeaba lanzar una función de conectividad satelital con el iPhone 14 junto a Globalstar, Musk intentó intervenir. Propuso un acuerdo exclusivo: SpaceX proporcionaría conexión vía satélite a los iPhone durante 18 meses por un pago inicial de 5.000 millones de dólares. Luego, Apple pagaría 1.000 millones anuales por continuar usando Starlink.
Pero Apple no aceptó el trato. Musk, entonces, lanzó una amenaza: si no llegaban a un acuerdo en 72 horas, anunciaría su propio servicio satelital compatible con iPhone. Y cumplió.
Justo dos semanas antes del evento del iPhone 14, SpaceX reveló su alianza con T-Mobile para ofrecer mensajes de texto vía Starlink en zonas sin cobertura móvil.
Desafíos legales para frenar a Globalstar
La ofensiva de Musk no terminó ahí. SpaceX emprendió acciones legales contra Globalstar, cuestionando su uso del espectro radioeléctrico y su capacidad para lanzar nuevos satélites. La acusación era clara: Globalstar estaría acaparando espectro para evitar competencia sin aprovecharlo de forma eficiente.
Esta disputa legal no solo afectaba a Globalstar, sino también a Apple, ya que ponía en riesgo el funcionamiento de su servicio de emergencia satelital en los iPhone. En los documentos regulatorios, SpaceX incluso mencionó directamente a Apple, algo que incomodó a los ejecutivos de Cupertino, quienes preferían mantenerse al margen del conflicto.
El factor político y la relación con Trump
Otro punto de fricción es la percepción dentro de Apple de que la relación cercana de Musk con la administración Trump podría ofrecerle ventajas ante organismos reguladores como la FCC, lo que desestabiliza el equilibrio de poder en el ecosistema tecnológico.
Más recientemente, Musk presionó a Apple para que respaldara el servicio satelital de T-Mobile en un mayor número de modelos de iPhone. Apple, sin embargo, se mostró reticente a habilitar esta función en versiones anteriores al iPhone 14, lo que generó nuevas tensiones entre ambas compañías.
Estos enfrentamientos por la conectividad satelital se suman a otros desacuerdos entre Apple y Musk, especialmente en torno a las comisiones de la App Store. Ante esto, el CEO de SpaceX ha llegado a considerar el desarrollo de un smartphone propio, posiblemente bajo el sello de Tesla, utilizando Starlink para ofrecer conectividad directa sin depender de Apple.