Todos hemos sentido algún escalofrío al pensar que nuestro teléfono se había perdido o, aún peor, había sido robado. Esta sensación suele ser seguida por otra de alivio cuando nos damos cuenta de que el teléfono sigue con nosotros. Pero si se hubiera perdido, ¿crees que sería buena idea localizarlo e ir tras las personas que lo robaron? Eso es exactamente lo que hizo Sarah Maguire, de 26 años.
Después de una noche de juerga, Maguire se despertó el domingo por la mañana y se dio cuenta de que su iPhone había desparecido. No podía recordar si lo había dejado en el bar o en el taxi, así que arrancó su ordenador, abrió Buscar mi iPhone y lo localizó a unos 50 kilómetros de su casa.
Maguire fue a esa posición a enfrentarse con los ladrones, los cuales le devolvieron el iPhone. Aunque lo lógico hubiera sido llamar a la policía, Maguire afirma que cuando su amiga y ella llamaron al departamento de policía de Los Ángeles, recibieron instrucciones de ir por su propia cuenta y llamar al 911 (equivalente al 112) si se sentían amenazadas.
Al buscar la posición en la que se encontraba su iPhone en Google Maps, se convenció de que no era una zona peligrosa, tal y como se lo cuenta al New York Times. George Gascón, fiscal del distrito de San Francisco, afirma que esta historia es algo bastante habitual y que básicamente abre la «oportunidad de que la gente se tome ley por su cuenta.» Aunque Maguire tuvo suerte, «otros podrían haber sido heridos» según Gascón.