El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia ha acusado a la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos de piratear los iPhones de ciudadanos y diplomáticos extranjeros en Rusia como parte de una operación de espionaje.
El FSB dijo que varios miles de teléfonos Apple habían sido infectados con un malware desconocido hasta entonces para acceder a las denominadas vulnerabilidades de puerta trasera de los teléfonos Apple.
Apple ha respondido indirectamente a la afirmación rusa de que la supuesta operación incluía una estrecha cooperación entre Apple y la NSA. Como era de esperar, la acusación llegó sin ninguna prueba de que Apple estuviera realmente involucrada.
A pesar de la fuerte presión gubernamental, Apple ha expresado en numerosas ocasiones su oposición a comprometer la seguridad de sus clientes para satisfacer las peticiones de crear una puerta trasera en el software del iPhone.
La lógica es simple: Si Apple crea una clave que sólo puedan utilizar los buenos, esa clave invalida la seguridad de todos los clientes. No habría forma de saber si esa clave cayera en las manos equivocadas.
Apple se pronunció en 2016 para explicar su oposición a las peticiones del gobierno de incluir una puerta trasera en iOS:
Si el gobierno puede utilizar la All Writs Act para facilitar el desbloqueo de tu iPhone, tendría el poder de llegar al dispositivo de cualquier persona para capturar sus datos.
El gobierno podría ampliar esta violación de la privacidad y exigir a Apple que construya software de vigilancia para interceptar tus mensajes, acceder a tus historiales médicos o datos financieros, rastrear tu ubicación o incluso acceder al micrófono o la cámara de tu teléfono sin tu conocimiento.
Tampoco debería sorprender que Apple niegue haber accedido nunca a ninguna petición para comprometer la seguridad del iPhone, negando indirectamente la acusación:
Nunca hemos trabajado con ningún gobierno para insertar una puerta trasera en ningún producto de Apple y nunca lo haremos