Los robots aspiradores son muy útiles, pero no destacan por su rapidez. Si tu piso está sucio y tienes visita en pocos minutos, necesitarás algo más que un robot aspirador convencional para causar una buena impresión.
Luis Marx se encontró con este problema y decidió resolverlo construyendo el robot de limpieza más rápido del mundo.
Marx construyó su robot desde cero, inspirándose en el diseño de un robot aspirador normal: redondo, con dos ruedas motrices y algunos sensores para evitar obstáculos.
El cuerpo del robot está fabricado con componentes impresos en 3D y cuenta con una enorme pantalla LED en la parte superior que funciona como una especie de velocímetro. Una robusta placa de aluminio forma el chasis, sobre el que se colocan dos motores que accionan un par de ruedas de gran diámetro.
El sistema para evitar obstáculos utiliza tres sensores ultrasónicos de distancia: cuando el robot está a punto de chocar con algo, frena y gira en la dirección en la que detecta más espacio vacío.
Según los cálculos de Marx, el robot alcanza los 45 km/h y, en teoría, debería ser capaz de moverse a 60 km/h, aunque su salón es demasiado pequeño para ponerlo en práctica. Es discutible si podrá limpiar mucho a esa velocidad, pero es una delicia verle moverse por la casa.