Samsung lleva siete trimestres seguidos batiendo récords de beneficios, pero la buena racha se ha terminado.
El gigante coreano acaba de anunciar sus previsiones de beneficios para el segundo trimestre de 2018, en el que espera unas ventas de aproximadamente 58 billones de wons (44.400 millones de euros), mientras que los beneficios operativos deberían estar en torno a los 14,8 billones de wons (11.300 millones de euros).
Las cifras son inferiores a los resultados del primer trimestre de 2018, cuando las ventas fueron de 60.560 millones de wons (48.000 millones de euros) y las ganancias operativas alcanzaron un récord histórico, alcanzando los 15.640 millones de wons (12.400 millones de euros).
Según los analistas, la razón de la caída de los beneficios son las ventas del Galaxy S9, que no ha conseguido convencer a los usuarios como lo hicieron los modelos anteriores debido, probablemente, a que incorpora pocas novedades.
El negocio de chips es el gran salvador del trimestre y el que está empujando un aumento de los ingresos globales de la compañía.