Una de las novedades más importantes de los nuevos Samsung Galaxy S7 y S7 edge es la cámara de fotos.
Samsung ha reducido la resolución de las cámaras de 16MP a 12MP con respecto al Galaxy S6, lo que ha llevado a que los píxeles sean más grandes (1.4µm frente a1.12µm) y, por lo tanto, a que capten mejor la luz.
Si al mayor tamaño de los píxeles unimos la apertura f/1.7, nos encontramos ante un teléfono que, al menos sobre el papel, debería tomar fotos espectaculares en condiciones de poca luz.
Los resultados con la cámara son bastante buenos, como podéis comprobar en estas fotografías que hemos tomado en el interior del recinto donde hemos probado el Galaxy S7.
Gracias a la gran apertura, la sensibilidad ISO seleccionada por la cámara ha sido muy baja (ISO 64-80) y por ello el ruido es prácticamente inexistente.
Sin embargo, no todo ha sido perfecto sino que alguna foto nos ha salido algo movida, como la siguiente imagen (pulsa para ampliar la fotografía).
También hemos tenido oportunidad de tomar un selfie con la cámara frontal, que cuenta con una resolución de 5MP y también tiene una apertura f/1.7.
De nuevo la calidad de la imagen es bastante buena, como podéis apreciar en la siguiente imagen. La textura de la piel ha sido suavizada gracias a Spotlight, una función similar al Modo Belleza que incorporan otras cámaras.
Otra de las tecnologías que incorpora la cámara del Samsung Galaxy S7 es Dual Pixel, que es una evolución del enfoque por detección de fase que utiliza todos los píxeles del sensor.
En la práctica esto significa que la cámara del Galaxy S7 es muy rápida enfocando, y aquí podeis ver este vídeo grabado por los chicos de GSMArena que lo corrobora.
Uno de los aspectos que no está claro es si el Galaxy S7 cuenta con estabilización óptica ya que en las especificaciones del teléfono no se ha ninguna mención a esta característica.
Podría ser que hubiera sido reemplazada por estabilización digital, lo que explicaría cómo Samsung ha conseguido que la cámara no sobresalga en este nuevo modelo.