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Rusia, el país que nos trajo Tetris, está buscando crear su propia industria de videojuegos, que incluirá el desarrollo de consolas.
El presidente ruso Vladimir Putin ha ordenado a su gobierno que analice la producción tanto de «consolas de juegos estacionarias como portátiles», junto con un sistema operativo y un sistema en la nube para ofrecer juegos a los clientes.
Los principales fabricantes de videojuegos, incluidos Sony, Microsoft y Nintendo, han detenido las ventas oficiales a Rusia, tras la invasión del país a Ucrania.
A pesar de la prohibición, los proveedores locales rusos están encontrando formas de importar consolas de videojuegos extranjeras. Pero parece que el Kremlin ve una oportunidad de crear su propia industria doméstica de videojuegos en medio de las duras sanciones económicas de Occidente.
Putin ha dado al gobierno hasta el 15 de junio para estudiar la ambiciosa propuesta. El primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, supervisará el esfuerzo. Pero está claro que la tarea no será fácil. Putin probablemente ha confiado en la empresa tecnológica rusa VK para llevar a cabo el plan.
Desarrollar una consola no solo requiere un suministro suficiente de chips avanzados, cuando Estados Unidos ha estado bloqueando tales envíos, sino también un sólido ecosistema de desarrolladores de software. Una opción más realista es que Rusia obtenga el hardware de videojuegos de China para crear una consola portátil similar a la Steam Deck de Valve.