En 2007, cuando Steve Jobs presentó el iPhone, el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, fue preguntado por su opinión sobre el dispositivo.
El primer comentario que hizo fue mofarse del precio del terminal. También dijo que el teléfono no sería de interés para los trabajadores porque no venía con un teclado QWERTY físico. Ballmer dijo que sin un teclado QWERTY, el iPhone no sería un buen dispositivo para gestionar el correo electrónico.
Ahora, diez años después, Ballmer ha admitido que se equivocó. También ha dicho que debería haber empujado a Microsoft antes a entrar en el negocio del hardware. Ballmer ha explicado que, cuando empujó el proyecto Surface, el Consejo no respaldaba completamente el proyecto.
Ojalá se me hubiera ocurrido el modelo de terminales subvencionados a través de los operadores. […] El precio de 600 o 700 dólares era demasiado alto y fue una innovación de Apple en el modelo de negocio hacer que se integrase en la factura mensual de la compañía telefónica.
Ballmer no fue el único que subestimó el iPhone cuando fue lanzado. Los directivos de BlackBerry también menospreciaron el terminal cuando fue anunciado, pero es obvio que el tiempo ha puesto a cada ejecutivo en su sitio.