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El mercado de las telecomunicaciones en España podría experimentar una nueva sacudida. Según Bloomberg, Telefónica y MasOrange han mantenido conversaciones informales sobre una posible operación para adquirir Vodafone España.
Aunque aún no hay negociaciones formales, este acercamiento apunta a una posible nueva fase de consolidación en el sector.
Entre las opciones que se están evaluando, destaca la posibilidad de dividir los activos de Vodafone España en diferentes segmentos: servicios móviles, operaciones empresariales y red fija. Esto permitiría sortear posibles obstáculos legales relacionados con la competencia. Masorange, por su parte, podría quedarse con Lowi, la marca de bajo coste de Vodafone, lo que reforzaría su posicionamiento en ese segmento de mercado.
El coste de una adquisición completa de Vodafone España es un factor clave. La compañía fue valorada en aproximadamente 5.000 millones de euros cuando fue comprada en 2024 por la firma británica de capital privado Zegona Communications Plc.
Este elevado precio hace que cualquier posible comprador, incluso empresas consolidadas como Telefónica o Masorange, deba considerar cuidadosamente los riesgos financieros y regulatorios.
El presidente de Telefónica, Marc Murtra, ha defendido públicamente la necesidad de una mayor concentración del mercado de las telecomunicaciones en Europa, y España es una de las piezas clave en esta estrategia. Sin embargo, Telefónica no ha presentado ninguna propuesta formal ni ha iniciado negociaciones con Zegona. Las fuentes aclaran que no hay garantía de que el acuerdo se materialice, especialmente debido a cuestiones de competencia y financiación.
La operación que se baraja recuerda a la estrategia utilizada por Telefónica y otros operadores en Brasil en 2020. En aquel caso, tres compañías se aliaron para adquirir Oi SA, un competidor local. Dividieron los activos entre ellos y obtuvieron la aprobación regulatoria al argumentar que la operación beneficiaba al mercado al fortalecer a los jugadores restantes.
Una estrategia similar podría replicarse en España si las condiciones regulatorias lo permiten.
Masorange surgió en 2024 tras la fusión de MásMóvil y Orange España, una operación valorada en 18.600 millones de euros que dio lugar al mayor operador español en número de clientes. La nueva empresa está controlada al 50% por Orange, mientras que el resto pertenece principalmente a fondos de inversión privados.
Este músculo empresarial convierte a Masorange en un candidato natural para liderar o participar en nuevas adquisiciones dentro del mercado español.
Vodafone España ha enfrentado dificultades en los últimos años, en parte debido a una infraestructura de fibra óptica menos avanzada en comparación con otros operadores. Aun así, Vodafone y Masorange están colaborando actualmente para desarrollar una nueva red de fibra conjunta en el país.
Por su parte, Telefónica mantiene una posición dominante en el segmento de servicios para empresas, aunque su alto nivel de endeudamiento sigue siendo un factor a considerar. Desde la compañía han afirmado que no comprometerán su perfil de inversión, aunque podrían buscar formas de financiar adquisiciones sin afectar directamente su ratio de apalancamiento.
La posibilidad de una venta total o parcial de Vodafone España representa una oportunidad para reconfigurar el panorama de las telecomunicaciones en el país. Sin embargo, el resultado dependerá de cómo se aborden los desafíos financieros y regulatorios, así como de la disposición de Zegona a negociar.
Por ahora, ni Telefónica, ni Masorange, ni Zegona han realizado comentarios oficiales sobre las conversaciones en curso.