Hace poco más de un año, un experto en seguridad conocido como P4x fue hackeado por espías norcoreanos.
P4x fue víctima de una campaña de hackeo dirigida a investigadores de seguridad occidentales con el objetivo aparente de robar sus herramientas de hackeo y detalles sobre las vulnerabilidades del software.
Aparentemente, consiguió evitar que esos hackers le robaran algo de valor, pero se tomó mal el hecho de ser atacado y, recientemente, P4x ha tomado cartas en el asunto.
Me pareció que era lo correcto. Si no ven que tenemos dientes, va a seguir viniendo. Quiero que entiendan que si nos atacan, significa que parte de su infraestructura va a caer durante un tiempo.
Según explica Wired, P4x encontró vulnerabilidades no parcheadas en los sistemas norcoreanos que le permitieron lanzar ataques de «denegación de servicio» a los servidores y routers de los que dependen las pocas redes conectadas a Internet del país.
Como resultado, prácticamente todos los sitios web norcoreanos — la nación sólo tiene una veintena de webs — dejaron de funcionar, desde el sitio de reservas de su aerolínea Air Koryo hasta Naenara, una página que sirve como portal oficial del gobierno del dictador Kim Jong-un.
P4x afirma que ha automatizado en gran medida sus ataques a los sistemas norcoreanos, ejecutando periódicamente scripts que enumeran los sistemas que permanecen en línea y luego lanza exploits para derribarlos.
Al fallar los principales routers del país, no sólo ha dejado de funcionar el acceso a los sitios web del país, sino también a su correo electrónico y a cualquier otro servicio basado en Internet. En la práctica, se ha producido un corte total de Internet en el país.
Por raro que sea que un solo atacante provoque un apagón de Internet de todo un país, no está claro qué efectos reales han tenido los ataques en la población. Sólo una pequeña parte de los norcoreanos tiene acceso a Internet, ya que la inmensa mayoría de los residentes solo pueden usar la intranet del país.
Ver comentarios (0)