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China ha ampliado una prohibición sobre el uso de iPhones y otros dispositivos importados por parte de funcionarios gubernamentales, según informa The Wall Street Journal.
Los empleados estatales han sido informados en grupos de chat y reuniones acerca de la prohibición de traer dispositivos de marcas extranjeras a la oficina ni los usen para trabajar. El objetivo, al parecer, es reducir la dependencia de la tecnología extranjera y mejorar la ciberseguridad.
Esta no es la primera vez que Beijing ha puesto en lista negra a Apple y otros productos extranjeros para los departamentos gubernamentales. En 2019, el gobierno planeaba eliminar gradualmente los productos occidentales en favor de alternativas locales a lo largo un período de tres años. El objetivo en ese momento era mantener los datos dentro de sus fronteras y asegurarse de que la tecnología fuera «segura» y «controlable».
Apple ha logrado mantenerse al margen de la controversia, probablemente porque Foxconn y otros proveedores en el país emplean a millones de personas. También ha seguido las leyes de China, eliminando miles de aplicaciones ilegales como las VPN.
Sin embargo, Apple también es más vulnerable que otras empresas. Además de la dependencia de la fabricación, el país representa alrededor del 19 por ciento de los ingresos totales de Apple.
Apple no es la única empresa perjudicada por este movimiento. Las ventas de Tesla también dependen de China y, de hecho, es el único fabricante de automóviles extranjero que ganó cuota de mercado en la primera mitad de 2023. China recientemente restringió el uso de vehículos Tesla por parte del personal militar y los empleados de empresas estatales, según un informe anterior