Lee Kun-Hee, quien durante mucho tiempo ha sido considerado el fundador del gran éxito del conglomerado coreano Samsung, ha fallecido.
Samsung ha anunciado que Lee murió hoy en presencia de su familia en un hospital en la capital coreana Seúl, que también es operado por el grupo, a los 78 años.
Lee había estado postrado en cama desde mayo de 2014 después de sufrir un ataque cardíaco severo. Desde entonces, ha sido tratado de forma continua y, en los últimos años de su vida, ya no le fue posible levantarse de la cama. Es por eso que el único hijo de Lee asumió la dirección del Grupo Samsung.
Lee se convirtió en el segundo presidente en la historia de Samsung después de su padre en 1987 y llevó a la empresa al éxito mundial.
La compañía ha sido el líder absoluto del mercado de televisores en todo el mundo desde 2006 y fue capaz de tomar el liderazgo del mercado de smartphones hace años.
Samsung también ha sido durante mucho tiempo el líder del mercado de productos de memoria. Además, el gigante coreano está por delante en cuanto a pantallas de todo tipo y especialmente en el mercado de dispositivos móviles.
Junto con el gran éxito empresarial, también llegaron acusaciones e investigaciones sobre corrupción y nepotismo. Las autoridades coreanas han tomando medidas contra Lee, su familia, Samsung y sus innumerables subsidiarias.
Samsung describió al «presidente Lee», como se llamaba casi tradicionalmente al antiguo director ejecutivo, como un verdadero visionario que ha convertido a Samsung de una empresa regional en un líder mundial en innovación y un gigante industrial. Su legado durará para siempre, dijo la compañía en un comunicado.