Trump podría volver a retrasar el veto a TikTok en EE. UU.
TikTok vuelve a estar en el centro del debate político en Estados Unidos. A pesar de que el Congreso aprobó una ley que obliga a la venta de sus operaciones en suelo estadounidense para evitar un bloqueo total, el expresidente Donald Trump ha vuelto a insinuar que estaría dispuesto a otorgar una nueva prórroga para evitar que la plataforma sea prohibida en el país.
Durante una entrevista con el programa «Meet the Press» de NBC, Trump señaló que, si no se alcanza un acuerdo antes del próximo 19 de junio, podría conceder otra extensión de tiempo para que TikTok encuentre un comprador estadounidense. El exmandatario ya ha aplazado en dos ocasiones anteriores la entrada en vigor del veto.
La plataforma, propiedad de la empresa china ByteDance, fue señalada por el Congreso estadounidense como un potencial riesgo para la seguridad nacional. Como respuesta, se aprobó una ley que exige que TikTok sea vendida a un operador con sede en EE. UU., o de lo contrario, será prohibida en territorio estadounidense.
Un “cariño especial” hacia TikTok
En un momento curioso de la entrevista, Trump confesó: “Tal vez no debería decir esto, pero tengo un pequeño cariño por TikTok”. Esta declaración deja ver una actitud más flexible que la que sostuvo en mandatos anteriores, cuando impulsó directamente la prohibición de la app si no cambiaba de manos.
Aunque TikTok fue brevemente retirada en enero, la presión política y el descontento entre millones de usuarios estadounidenses llevaron al expresidente a conceder una prórroga de 90 días. Su intención, según explicó en su momento, era dar espacio para una posible alianza con inversores norteamericanos.
La extensión de abril y el papel de China
Cuando se acercaba el segundo plazo, en abril, Trump volvió a otorgar una extensión de 75 días, mencionando como obstáculo la tensión comercial con China. En concreto, apuntó que el gobierno chino no estaba satisfecho con las tarifas recíprocas impuestas por Estados Unidos, lo cual habría complicado las negociaciones de venta.
La realidad es que cualquier acuerdo de compra necesita el visto bueno de Beijing, lo que añade un componente geopolítico complejo a una decisión que también tiene implicaciones económicas y sociales en uno de los mayores mercados digitales del mundo.
TikTok, más que una simple aplicación
TikTok ha ganado una relevancia extraordinaria en la vida cotidiana de millones de personas en Estados Unidos, especialmente entre los más jóvenes. Desde creadores de contenido hasta negocios que aprovechan la viralidad de la plataforma para llegar a nuevas audiencias, la red social se ha convertido en una herramienta esencial para la comunicación digital.
Por ello, una posible prohibición definitiva tendría un gran impacto no solo en los usuarios, sino también en miles de empresas, marcas e influencers que dependen de la app para generar ingresos o conectar con sus comunidades.
¿Qué puede pasar después del 19 de junio?
A medida que se acerca la fecha límite, aumenta la incertidumbre. Si no se concreta la venta a un comprador estadounidense, todo dependerá de si Trump decide extender una vez más el plazo o si finalmente se activa la prohibición.
En cualquiera de los casos, parece evidente que el expresidente está usando este conflicto como una herramienta de presión política y diplomática. Mientras tanto, TikTok continúa operando con normalidad en EE. UU., aunque con la amenaza constante de un posible cierre definitivo.
Conclusión: un juego político con impacto global
La situación de TikTok en Estados Unidos refleja el creciente enfrentamiento entre Washington y Pekín por el control de las plataformas digitales. Más allá de la seguridad nacional, esta disputa pone sobre la mesa cuestiones clave como la soberanía de los datos, la regulación tecnológica y el poder de influencia de las redes sociales.
A medida que el calendario avanza, todas las miradas están puestas en el 19 de junio, fecha clave que podría marcar el inicio de una nueva etapa para TikTok… o su adiós definitivo del mercado estadounidense.