IA

Un software de vídeo utiliza IA para detectar ladrones reincidentes en tiendas

Cada vez son más los comerciantes australianos que recurren a un programa informático de inteligencia artificial (IA), conocido como Auror, para hacer frente al problema de los hurtos.

Auror permite utilizar la IA y la tecnología de vigilancia en las tiendas, lo que ayuda a identificar y detener a los ladrones.

Al cargar imágenes de presuntos ladrones en la plataforma Auror, los comerciantes pueden cotejarlas con los delitos denunciados para identificar a los reincidentes. Este potente sistema de IA puede detectar rápidamente actividades sospechosas y enviar alertas en tiempo real al personal de seguridad.

El software se centra únicamente en la información capturada dentro de la tienda, lo que alivia las preocupaciones sobre el reconocimiento facial en vivo y la violación de la privacidad de los datos.

Aunque el uso de la tecnología de IA por parte de los comerciantes ha demostrado su eficacia en la lucha contra la delincuencia organizada y los pequeños hurtos, los expertos han expresado su preocupación por la falta de leyes de privacidad específicas para abordar la evolución de las capacidades de la IA.

 

Auror trabaja en estrecha colaboración con las fuerzas del orden, ofreciendo valiosas pruebas para las investigaciones y apoyando los esfuerzos por detener a los delincuentes. La ayuda del software agiliza el proceso tanto para los comerciantes como para la policía, mejorando su capacidad colectiva para combatir los robos y proteger a las empresas de pérdidas financieras.

Con la implantación de programas de inteligencia artificial como Auror, los comerciantes australianos están aprovechando la tecnología avanzada para salvaguardar sus negocios y combatir eficazmente los robos.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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