Una app diagnostica COVID-19 analizando la voz con más del 80% de acierto

Detectar la COVID-19 no es fácil, porque los síntomas que provoca varían mucho de una persona a otra.

Empresas como Vocalis están desarrollando soluciones para realizar un cribado previo de las personas utilizando algo tan sencillo como la voz captada por una app.

La app utiliza una IA que identifica las características de la voz de los pacientes que padecen diversas enfermedades sin necesidad de acudir a un centro de salud.

Vocalis recoge muchos datos relacionados con la voz de una persona. El algoritmo extrae 512 características de una muestra de voz y crea una imagen — un espectrograma — con la que puede diagnosticar posibles enfermedades.

Vocalis se ha asegurado de que la IA sea independiente del idioma. Pide a los pacientes que cuenten de 50 a 70 para entrenar el algoritmo. El Dr. Shady Hasan, cofundador de Vocalis, dijo que esto es para preservar la privacidad del paciente y no revelar nada sobre su identidad.

El conjunto de datos de preentrenamiento de la empresa incluye más de 275.000 hablantes diferentes en varios idiomas para que sea universalmente accesible.

En febrero, Vocalis inició un estudio que puso a prueba a 2.000 participantes. Los investigadores descubrieron que el algoritmo tenía una precisión del 81,2% en la detección del COVID-19, siendo muchos de ellos pacientes asintomáticos.

Además, los métodos de cribado actuales, como las pistolas de temperatura, no pueden detectar a los pacientes asintomáticos. La solución de Vocalis podría ayudar en esas situaciones.

Como próximos pasos, la empresa quiere adquirir más conjuntos de datos para que su detección de COVID-19 sea más sólida y precisa. Además, quiere comercializar la solución y ponerla a disposición de más regiones.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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