Huawei acusa a Xiaomi de copiar su tecnología de teléfonos plegables

En el mundo de la propiedad intelectual, los conflictos sobre propiedad intelectual pueden convertirse en complejas batallas legales, donde casos aparentemente simples se transforman en largas luchas judiciales.

Recientemente, Xiaomi y Huawei han acaparado algunos titulares por una disputa relacionada con patentes de smartphones plegables.

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Huawei ha interpuesto una demanda contra Xiaomi, alegando la violación de patentes relacionadas con las bisagras de smartphones plegables. Sin embargo, Xiaomi ha negado estas acusaciones, señalando que el representante de Huawei tergiversó los hechos y realizó falsas acusaciones.

La patente en cuestión, conocida como la tecnología «hueso de dragón» en teléfonos plegables, según el demandado, fue desarrollada y patentada de manera independiente.

La defensa de Xiaomi ha hecho hincapié en diferencias significativas entre las dos patentes, llegando a expresar: «Instamos a Yu a seguir ‘estándares científicos básicos y rigurosos’ y a dejar de criticar injustamente a los competidores o confundir al público en el futuro».

Esta tecnología debutó en el modelo Xiaomi Mix Fold 3, destacando especialmente por su mecanismo de bisagra, algo que captó la atención de Huawei.

 

Sin embargo, el desenlace de la disputa de patentes entre estas dos compañías sigue siendo incierto por el momento. En casos de esta naturaleza, determinar la verdad y quién tiene razón resulta complejo, especialmente cuando se trata de demandas de patentes. Estos procesos pueden prolongarse durante años y generar gastos legales significativos.

Por ello, las partes involucradas a menudo prefieren llegar a acuerdos en lugar de prolongar la contienda. Esto podría ser también el caso entre Xiaomi y Huawei.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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