Samsung reconoce las limitaciones de seguridad del reconocimiento facial

Hace unas horas hemos podido ver un vídeo en el que un usuario consigue saltarse el sistema de reconocimiento facial del Galaxy S8 utilizando una fotografía de su dueño mostrada en la pantalla de otro teléfono.

Ahora Samsung ha reconocido que la tecnología de reconocimiento facial no pretende ser una funcionalidad de seguridad, sino otra forma de llegar a la pantalla de inicio sin tener que deslizar el dedo sobre la pantalla.

«El reconocimiento facial es una forma cómoda de desbloquear tu teléfono — similar a la acción de ‘deslizar para desbloquear’,» ha explicado un portavoz de Samsung a Business Insider«Ofrecemos el nivel más elevado de autenticación biométrica — huella e iris — para desbloquear tu teléfono y autenticar el acceso a Samsung Pay o la Carpeta Segura.»

El Galaxy S8 incluso recomienda a los usuarios que configuran el reconocimiento facial que consideren el uso de huella dactilar o escáner de iris porque puede ser engañado por imágenes que sean parecidas a tu cara.

Samsung reconoce los riesgos del reconocimiento facial y, por ello, no permite su uso para autenticar pagos online con Samsung Pay.

Microsoft también tiene una forma de autenticación biométrica llamada Windows Hello. Sin embargo, Windows Hello ha sido capaz de distinguir entre gemelos idénticos y, además, ofrece una funcionalidad opcional que, al ser activada, requiere al usuario girar su cabeza a izquierda o derecha antes de que el dispositivo se desbloquee con objeto de que las fotografías no puedan engañar al sistema.

Dada la afirmación de Samsung y los riesgos aparente del uso de reconocimiento facial, te recomendamos que utilices un código PIN, un lector de huella dactilar o el escáner de iris como la forma principal de acceso al Galaxy S8.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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