CEO de Intel: La pelota está en nuestro tejado para recuperar el negocio de chips del Mac

El consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, dice que la pelota está en su tejado para recuperar el negocio del Mac que ha perdido por culpa de los propios chips de Apple.

«Mi trabajo es volver a ganarles [a Apple] y ofrecerles productos que sean mejores de lo que pueden hacer ellos mismos. También queremos que, con el tiempo, se decanten por más ofertas de nuestra fundición. Y eso tiene sentido, ¿verdad? Todo el mundo quiere tener varios proveedores. Y si tenemos la mejor tecnología de procesos del sector, por supuesto, vendrán hacia nosotros«, dijo Gelsinger.

A finales de 2020, Apple tomó la decisión de utilizar chips diseñados internamente para sus Mac. Los chips M1 del gigante tecnológico se basan en la arquitectura ARM, frente a los chips x86 de Intel. La decisión puso fin a los casi 15 años de relación de Apple con Intel.

Desde esa decisión, Apple ha presentado varios de sus nuevos chips. A principios de este mes, Apple presentó dos nuevos chips denominados M1 Pro y M1 Max. Los chips forman parte de los nuevos modelos de MacBook Pro de 14 y 16 pulgadas.

El principal argumento de venta del chip M1 Max, por ejemplo, es que Apple afirma que utiliza hasta 100 vatios menos de energía que otros chips de potencia gráfica equivalente. Eso ayuda a mejorar la duración de la batería del ordenador.

A principios de este año, una de las primeras cosas que hizo el CEO de Intel cuando asumió el cargo de consejero delegado fue hacer una llamada al CEO de Apple, Tim Cook.

No obstante, Gelsinger reconoce que llevará tiempo recuperar el negocio de Apple. Pero espera convertir al gigante tecnológico en cliente de su negocio de fundición, que el máximo responsable de Intel ve como una oportunidad clave de crecimiento a largo plazo.

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Sobre el Autor
Luis A.
Luis es el creador y editor jefe de Teknófilo. Se aficionó a la tecnología con un Commodore 64 e hizo sus pinitos programando gracias a los míticos libros de 🛒 'BASIC para niños' con 11 años. Con el paso de los años, la afición a los ordenadores se ha extendido a cualquier cacharrito que tenga una pantalla y CPU.
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