Spotify declara la guerra al spam y a los clones de voz con nuevas normas de IA
La relación entre música y tecnología siempre ha impulsado nuevas formas de creación. Con la irrupción de la IA generativa, aparecen oportunidades creativas, pero también riesgos: suplantaciones de voz, “granjas de contenido” y catálogos hinchados con pistas de baja calidad que confunden a los oyentes y desvían royalties.
Spotify anuncia un paquete de medidas para proteger a artistas y productores, reducir el spam y ofrecer a los oyentes más información sobre cómo se usa la IA en las canciones.
El plan se articula en tres frentes: 1) refuerzo de las normas contra la suplantación de identidad y los clones de voz, 2) un nuevo filtro de spam musical para frenar tácticas fraudulentas y 3) declaraciones estandarizadas del uso de IA en los créditos de las canciones, alineadas con el estándar de la industria.
Suplantación de voz: política más estricta y vías de acción claras
La creación de deepfakes vocales es hoy más accesible que nunca. Spotify introduce una política específica que aclara cómo se gestionan los clones de voz generados por IA u otras imitaciones no autorizadas: la imitación solo estará permitida cuando el artista imitado lo haya autorizado de forma expresa.
Además, se incrementan las inversiones para combatir otro vector de suplantación: subidas fraudulentas a perfiles de terceros. Junto a los principales distribuidores, se prueban medidas preventivas desde el origen y se refuerza la revisión de “contenido incorrecto”, permitiendo a los artistas reportar desajustes incluso antes del lanzamiento.
La voz de un creador es parte de su identidad y su obra. El uso no autorizado la explota, devalúa su arte y amenaza la integridad del catálogo. Algunos artistas decidirán licenciar su voz para proyectos con IA; el objetivo es que esa elección siempre permanezca en sus manos.
Nuevo filtro de spam musical: freno a tácticas abusivas
Los pagos por música en Spotify han crecido de 1.000 millones de dólares en 2014 a 10.000 millones en 2024. Este volumen atrae a actores malintencionados que recurren a cargas masivas, duplicados, trucos de SEO, abusos de pistas artificialmente cortas u otros contenidos de baja calidad, ahora más fáciles de generar con IA.
Este otoño se desplegará un filtro de spam musical que identificará tanto a uploaders como a pistas que empleen estas tácticas, las etiquetará y dejará de recomendarlas. El despliegue será gradual y se irán incorporando nuevas señales conforme evolucionen las prácticas fraudulentas para evitar falsos positivos.
Si no se controla, el spam diluye el fondo de royalties y resta visibilidad a los artistas que cumplen las normas. El nuevo sistema busca impedir que quienes manipulan el ecosistema capten ingresos que deberían distribuirse a artistas y compositores profesionales.
Créditos con uso de IA: estándar DDEX para una transparencia real
Muchos oyentes quieren saber si hubo IA en la creación de una pista y cómo se usó. Spotify apoyará el nuevo estándar de la industria para declaraciones de uso de IA en créditos, desarrollado a través de DDEX. A medida que sellos, distribuidores y socios envíen esa información, se mostrará en la app, indicando si la IA intervino en voces, instrumentación o postproducción.
Este cambio no pretende castigar a quien use IA de forma responsable ni afectará a la priorización o promoción del contenido: su objetivo es fortalecer la confianza.
Spotify impulsa esta iniciativa junto a un ecosistema diverso de socios, entre ellos: Amuse, AudioSalad, Believe, CD Baby, DistroKid, Downtown Artist & Label Services, EMPIRE, Encoding Management Service (EMS GmbH), FUGA, IDOL, Kontor New Media, Labelcamp, NueMeta, Revelator, SonoSuite, Soundrop y Supply Chain. Un estándar común asegura que los oyentes encuentren la misma información, usen el servicio que usen.
Diez años contra el spam y un último año récord
No es un camino nuevo: la plataforma lleva una década invirtiendo en la lucha contra el spam. En los últimos 12 meses —marcados por la explosión de herramientas de IA generativa— se han eliminado más de 75 millones de pistas con contenido de spam, una limpieza a gran escala para proteger la experiencia de escucha y la economía de los creadores.
Spotify no crea ni posee música: es una plataforma de música licenciada donde los royalties se pagan según el compromiso de los oyentes. Todas las canciones se tratan por igual con independencia de las herramientas empleadas para crearlas. La prioridad es doble: permitir que los artistas usen IA de manera creativa y, a la vez, combatir activamente su abuso.
Para artistas y productores: más control sobre la identidad vocal, procesos de reporte más ágiles y un entorno con menos ruido que compita por su audiencia. Para sellos y distribuidores: un marco de créditos estandarizado que aporta trazabilidad del proceso creativo. Para los oyentes: recomendaciones más limpias y transparencia sobre cómo se usó la IA en la música que escuchan.